Tuya.

Mastico entre dientes 
retazos de un verano enardecido
en el que conocí el ocaso 
que en tus ojos hallo embellecido.

Desde aquel día me declaro:
tuya, aunque no lo sepas;
tuya, hasta que el viento 
desparrame las cenizas;
tuya, hasta que el recuerdo 
pierda la memoria.-

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