Pedacitos de ti y de mi
Finjo ser fuerte ante todos y ante ti.
Construyo un muro de ladrillo hueco
con el fin de que tus recuerdos
no atraviesen mi memoria.
Pero ocurre que cuando el viento susurra tu nombre,
mi pared se desmorona cual castillo de naipes.
Y ese susurro se convierte en un ciclón
que va rompiendo todos mis esquemas,
desestabilizando mis pilares de sostén.
Se esparcen por el aire los pedacitos de alma
que, débilmente unidos,
me permitían continuar sobreviviendo sin ti.
Entonces, con las pocas fuerzas que aún me quedan,
recojo cada uno de esos pedacitos.
Con las pocas fuerzas que aún me quedan,
recorro este camino infinito,
un camino que sólo me lleva a ti,
o, mejor dicho,
a lo que recuerdo de ti.
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