Sepa usted disculparme
Sepa usted disculparme
si por las noches no puede dormir.
Soy yo quien
no lo deja conciliar el sueño.
Es que me queman las manos el deseo
de sentir su piel al roce de la mía.
Muerdo mis labios, pensando
si los suyos
saben a agua dulce o a agua salada.
Tenso el cuerpo
al sentir una corriente eléctrica
atravesar todo mi centro,
terminando en un cosquilleo
en lo más profundo de mi ser.
Un cosquilleo que lo llama,
incesantemente.
Por eso le pido disculpas, nuevamente.
No es mi intención
causarle alboroto a sus noches,
en el anonimato de mi sedienta existencia.
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