Lluvia de los que buscan paz.

Lluvia que caes,
como un susurro del cielo abatido,
lava, a mis pasos, los miedos que han anclado.

Lluvia que me sirves 
de espejo en la mansa tarde,
apacigua la lumbre que en la piel se ha grabado.

Moja mis pies, cansados de pisar lodo,
ansiosos de hallar un suelo firme donde reposar.

Oh, lluvia,
en tu nombre levanto una oración, 
acomodo las manos amantes que aún esperan sanar.

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