Lavando culpas

A veces, nuestros pies nos conducen por tan inhóspitos senderos que ni la oscura razón comprende, y vamos quedando atrapados en una telaraña de mentiras que nos decimos a nosotros mismos. A veces, luchamos contra nuestro pequeño mundo, cual rebeldes, necios, ingenuos, trasladando culpas y destruyendo espejos, sin sospechar siquiera que el verdadero enemigo es quien dibuja la sombra que pisamos. A veces, cavamos nuestra propia tumba, donde yace el cuerpo inerte entre geranios marchitos, llantos mudos y rechinar de dientes. A veces, vamos bordando en el alma heridas de guerras insensatas que arrastrarán a nuestro presente, temibles flashes de imágenes y espectros, permitiendo que sentimientos como la culpa y el resentimiento hagan nido en el pecho. A veces sí, somos un poco imbéciles.- 

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