Duele el amor que me niegas.

El amor duele. 
Duelen las expectativas que te creas y las historias que fantaseas. 
Duele el querer sostener la mirada previo a su voluntad esquiva, que busca el suelo y no más. 
Duele el deseo de sentir su perfume más cerquita de la piel. 
Que, en vano humedeces los labios ante el beso que no ha de ser. 
Duele ese sentimiento tan altanero, que te mezquina su tiempo y todo su juego. 
Te regala una sonrisa embustera que atrapa tu alma hasta más no poder.-

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