Trazar nuevas líneas.
Intentaste por un tiempo llenar ese vacío
con migajas de atención
que se transformaron en esquirlas.
Ahora no sabés si lo que duele
son esos mil fragmentos afilados incrustados en tu pecho,
o si duele el fantasma del recuerdo
que nunca te abandonó.
Intentaste seguir con tu vida,
con tus planes y proyectos,
con tus sueños.
Al principio estabas motivada
por la adrenalina que genera todo lo nuevo,
el hecho de estar en movimiento.
Pero luego
caíste en la cuenta de que esos proyectos
no los estabas concretando tal y como los pensaste.
Los ideaste de una manera diferente.
Te falta algo.
Te falta alguien.
Una vieja herida se abre.
Todo se derrumba sobre tu cabeza.
Los planes se agotan,
los sueños se difuman,
y los proyectos ya no tienen sentido.
En este punto de la historia,
toca borrar con el codo
lo que se escribió con la mano.
Toca trazar nuevas líneas.
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